sábado, junio 23, 2012

La búsqueda


El viento helado agita su gabardina. Beige sobre blanco, destacando como una señal luminosa, pero en el páramo desierto en el que se encuentra nadie puede percibirlo. En su mano apretada, el Diamante que la Espada le dio, frío como el hielo, como el aire que agita su abrigo y revuelve sus cabellos.

No está aquí.

Suspira el hijo fiel mientras se gira para proseguir su búsqueda; sus ojos revelan la esperanza y el temor en una danza continua de brillos y destellos intercalados por pozos de la oscuridad más profunda.

¿Dónde está?

Beige sobre verde. Calor, un calor húmedo y terrible, que cala hasta los huesos y entorpece sus movimientos. La esperanza resurge con fuerza durante unos instantes mientras alza el Diamante, la Joya de la Espada, el Tesoro de la Abominación. La Piedra reposa fría en su mano, inamovible, inconsciente de que su pasividad hiere profundamente a su portador.

Tampoco aquí.

Beige sobre azul. Brisa, olor a sal. Otro viaje en vano.

Brisa, calor, frío. Lluvia, niebla.

Tormentas, cielos despejados.

Ni en la fría mañana, ni en la tarde calurosa, ni en la noche heladora; ni en la sombra de la noche, ni en el brillo del sol; ni en el destello del relámpago.

No está en los vientos que aúllan, ni en la brisa suave que acaricia; tampoco en la lluvia que inunda y que destruye, ni en el suave rocío que refresca y regenera.

Padre ausente y displicente, sordo a llamadas y súplicas, tu hijo fiel no abandona la esperanza mientras lucha contra los elementos, contra la desesperanza y el cansancio.

Hijo fiel que lucha, que continúa y que no abandona, a pesar de que sus ojos claros se alzan llenos de pesar en el recuerdo de tiempos pasados, más brillantes y más felices. Hijo fiel que pelea, que ama y que no se rinde, mientras en el fondo de su ser añora; sus labios se separan –dañados, rotos, salados- y dejan escapar un murmurllo:

-Padre ausente, ¿dónde estás?

domingo, marzo 25, 2012

El principio del fin


Sangre.  Sangre por todas partes. Sangre que se arremolina por el suelo, que resbala por las escaleras de piedra, alejándose de su antigua propietaria y que traza extraños patrones, dibujando una espiral. Sangre que no solo lleva consigo la vida de su dueña, tendida a pocos pasos a los pies de un altar de piedra, sino que lleva también desgracias y miles de muertes: el fin de una era. El fin del mundo. 

Silencio. Silencio atronador, cargado de dudas y de miedos, de triunfo y de derrota, mientras contemplan lo que han hecho sus manos. Susurros que lo quiebran, que destruyen la esperanza, que desvelan la traición y la derrota. Palabras que resuenan en una mente tribulada: Lo has hecho. El peso de sus actos, aunque inconscientes, lo derriba. Lo has liberado.

Golpes. La puerta se abre, mientras la sangre sigue su curso, dibujando y liberando lo que nunca debió ser liberado. De pronto todo sucede muy deprisa. Traición, grita su mente. Venganza, clama su sangre. Un solo gesto, retenerla con sus manos, y ambos pueden ver la luz que brilla por un instante para luego extinguirse, la desaparición de la traidora. El golpe de su cuerpo contra el suelo.

Miradas que se cruzan. Terror, revulsión, miedo. Acusaciones mudas que vibran en el aire. Dos palabras.

-Lo siento.

Luz. Comienza en el centro, lo inunda todo junto con un zumbido. Luz brillante que traerá las Tinieblas. Manos que se buscan, que finalmente encuentran el brazo ajeno en un vano intento de confort.

-Viene.

Sangre. Silencio. Luz. El Principio del Fin.

El comienzo

Resumen de los hechos hasta ahora.

Tras la muerte de su madre en el misterioso incendio que quemó su casa, Dean y Sam Winchester llevan una vida en la carretera junto a su padre. Los años pasan, y Sam abandona a la familia para irse a estudiar a la universidad hasta que un día John, su padre, desaparece durante una caza. Sin embargo, su padre no es un cazador normal y corriente, sino que caza criaturas sobrenaturales como fantasmas, vampiros y espíritus, y ha enseñado a sus hijos a hacer lo mismo. Los dos hermanos se reúnen de nuevo y se unen en la búsqueda de su padre, utilizando para ello las pistas que su padre les deja y su viejo diario de caza. Misteriosamente, Sam comienza a desarrollar poderes psíquicos y visiones durante su viaje. Cuando finalmente se reúnen con su padre, éste les revela que su madre fue asesinada por un demonio de ojos amarillos 22 años atrás y que este mismo demonio fue quien acabó con Jessica, la novia de Sam, por lo que deciden unirse para destruirle, empleando para ello el arma legendaria creada por Samuel Colt. Sin embargo, el plan sale mal y terminan gravemente heridos en un accidente de tráfico provocado por un hombre poseído. Dean entra en coma con pocas posibilidades de sobrevivir a causa de las heridas provocadas por el choque y por el mismo demonio de los “ojos amarillos”. John convoca a Azazel, el demonio de ojos amarillos para realizar un pacto, intercambiando “el Colt” y su propia alma por la vida de su hijo. Dean y Sam continuan tratando de cazar a Azazel hasta que éste se lleva a Sam, reuniéndolo con otros como él y revelándole que, cuando mató a su madre, lo infectó con su sangre y este es el motivo de sus poderes. Durante esta reunión, Sam es asesinado y Dean, destrozado por la pérdida, hace un trato con un demonio, intercambiando su alma por la de su hermano, que se hará efectivo al cabo de un año. Posteriormente, Dean mata al demonio de ojos amarillos, aunque no ha tiempo de evitar que abra una puerta del infierno, de la que sale una horda de demonios antes de volver a ser cerrada por los Winchester, que deben cazar a los demonios al mismo tiempo que buscan un modo de liberar a Dean de su trato y evitar que vaya al infierno. Es entonces cuando conocen a Ruby, una demonio que asegura que Sam es el único que puede salvar a Dean, ya que es el único que puede hacerle frente a Lilith, el demonio que tiene el contrato de Dean; a pesar de todo, no logran salvar a Dean y éste termina siendo asesinado por perros del infierno, siendo enviada al infierno su alma.
Cuatro meses más tarde, Dean logra escapar del infierno, tras ser rescatado por Castiel, un ángel del Señor. Durante los meses en que estuvo encerrado, Sam ha logrado desarrollar sus habilidades como cazador en una forma no natural con ayuda de Ruby. Castiel les revela que Dean fue resucitado con el objetivo de detener a Lilith, cuyo plan es romper los 66 sellos que mantienen encerrado a Lucifer y desatar el Apocalipsis. Creyendo que de esta manera lo evitarían, Sam es manipulado por Ruby para que mate a Lilith, cuya muerte rompe el último sello. Dean mata a Ruby pero no llega a tiempo de evitar que Sam mate a Lilith e impedir la liberación de Lucifer.